dilluns, 22 de març del 2010

Testimonio de una observadora civil catalana de la represión policial marroquí contra el grupo de los 11 defensores saharauis de derechos humanos.


Castelldefels, 16/03/2010

Día 7 de Marzo. Casablanca – El Aaiun

Atendiendo a una petición que nos llega de los territorios ocupados ante el peligro de que al regresar de los campamentos de refugiados los activistas fueran apresados o tratados de manera violenta decidimos viajar a su encuentro. Nuestra misión consistía en actuar como observadores civiles en el momento que ellos aterrizaran en tierras marroquíes. El grupo integrado por los 11 activistas saharauis y observadores internacionales representados por 3 mujeres, una de nacionalidad española procedente de Madrid y dos francesas, fueron recibidos en Casablanca por un compañero de Badajoz y yo de Cataluña, también españoles. Posteriormente estos activistas recorrerían todo el territorio ocupado en una celebración de actos en la que nosotros les acompañaríamos y de esta forma poder observar las posibles represalias a que podían ser sometidos, pues se mantenía un ambiente muy tenso.

A su llegada a Casablanca Javier y yo recibimos al primer grupo constituido por 7 hombres, dos mujeres y la bebé Sasa. Este grupo venía conducido por dos grandes mujeres, Cristina y Joel. Todos fueron recibidos como héroes en medio de muestras de alegría y orgullo ante lo que constituía un importante logro pues era la primera vez que visitaban los campamentos de refugiados y de lo cual nosotros también nos sentíamos partícipes.

Del aeropuerto salimos hacia la casa de Mutawaquil, defensor de los derechos Humanos del Sahara en Casablanca, donde esperamos el segundo grupo formado por 4 activistas saharauis y la otra observadora francesa, Raimunde. Durante el día se sucedieron las muestras de agradecimiento del pueblo saharaui, mediante visitas o llamadas telefónicas se felicitaba a los héroes por sus grades logros.

Aproximadamente a las ocho de la noche cuando nos dirigíamos nuevamente al aeropuerto para viajar a El Aiún también fuimos congratulados nuevamente en lo personal por la llamada de una gran luchadora, Aminetu Haidar, quien nos felicita repetidas veces por nuestro valor de estar allí como observadores en un momento tan importante y difícil para ellos. Pero también somos advertidos de la presencia de un grupo de personas para recibirnos y que esto podría desencadenar represalias, por lo que por razones de seguridad deciden separarse y reencontrarnos nuevamente cuando lleguemos a nuestros destinos.

En El Aaiun desde la salida del aeropuerto ya notamos la fuerte presencia de la policía con furgonetas blindadas, por lo que todos comenzamos a sentirnos cada vez más tensos.

En casa del defensor de derechos humanos Sidahmed Lemgiyed nos esperan con un gran recibimiento y por suerte nos sentimos más relajados pues todo el día había sido muy tenso. También disfrutamos de la compañía de la defensora de derechos humanos Galia Djimi, una mujer muy luchadora.

Sin embargo aunque nos sentíamos muy a gusto no podíamos olvidar la presión policial y las posibles amenazas de algunos civiles como nos ocurriría más adelante.

Cada día estuvo cargado de emociones, las cuales quisiera compartir con todos brevemente.


Día 8 de Marzo. El Aaiun

Visitamos diferentes lugares acompañando a los activistas, y como siempre fuimos recibidos con muestras de agradecimiento y compañerismos hacia nosotros y los activistas. Durante ese día estuvimos con la familia de Sidahmed Lemgiyed, y también recibimos la visita de Erguibi Med Elhabib, quien nos agradeció nuestra cooperación como observadores. Nos sentíamos muy emocionados y la vez tensos por la gran cantidad de personas y policías que nos observaban y otros nos filmaban.


Día 9 de Marzo. El Aaiun

Este día parece que la tensión bajó y comimos en casa de la familia de Ismaail, yo como sindicalista estaba invitada a una reunión con CDT por lo que acordamos entre mis compañeros y yo que deberíamos asistir todos ya que era de suma importancia toda la información que pudiéramos recopilar después de oír las atrocidades que nos contaban todas las personas que nos venían a explicar sus experiencias sobre de los maltratos y torturas a que son sometidos. También fuimos testigos de la necesidad de estas personas de que estos hechos salgan a la luz.

Cuando nos dirigíamos a la reunión con CDT parte de los activistas saharauis fueron a visitar a un familiar que está enfermo. Todo parece tranquilo hasta aproximadamente las 17:30h de la tarde que recibimos una llamada comunicándonos la presencia de muchos heridos en el barrio de Maatallah, entre ellos parte de los activistas, pues habían sido atacados por los cuerpos policiales, rápidamente nos personamos en el lugar de los hechos y no había nadie. Nos ocultamos todos en casa de Mbarka Alina y desde allí nos trasladamos con un coche al hospital para fotografiar a los heridos con tanta rapidez que cuando la policía quiso darse cuenta ya salíamos, pues los médicos nos echaron del lugar. Afortunadamente ya habíamos logrado nuestro objetivo. Pues nos apoyamos mutuamente y de esta forma en pocos momentos las fotos tomadas por nuestro equipo salieron a la luz. Gracias al trabajo realizado en equipo con mucha coordinación y además se hizo un comunicado.

Las fotos tomadas a los heridos son escalofriantes; el verlo directamente aún impresiona más y sobre todo la impotencia de no poder hacer nada al tener tus manos atadas.

Los heridos fueron: Sra. Izana Ameidan, Sr. Brahim Sabbar, Sr.Nama Asfari, Sra Mariam Mghaizlat, Sr. Ahmed Sabai, Sra. Dahba Ayachi, Sra Hayat Rgueibi, Sr. Ahmed Hamiya, Sra Fatma Ameidan, Sra Minatou Ameidan, Sr. Mohamed Fadel Lehbib Moussa.

Fueron momentos muy fuertes al contemplar con nuestros propios ojos la cara destrozada de una joven, la otra con todos los dientes rotos y un ojo a punto de perder, quí puedo decir si las fotos hablan por si solas, todos ellos/as son personas muy valientes, es necesario el mundo sepa la presión que reciben cada día, pero ellos nos manifestaron su decisión de continuar resistiendo con tal de defender lo que es de ley suyo.


Día 10 de Marzo. El Aaiun – Bojador- Dajla

Empezamos el viaje hacia Dajla y pasamos la noche en Bojador. Con la mitad de los 11 activistas heridos y destrozados por los golpes recibidos por las fuerzas marroquíes. A partir de ese momento es cuando yo empiezo a ver con más claridad la presión constante que nos seguirá todo el camino.

Los observadores nos situamos uno en cada coche, ya que era la forma más segura de poder viajar junto con los activistas. Durante el recorrido aproximadamente cada 20 km somos sometidos a un control en el que nos retienen más de una hora, nos hacen a todo tipo de preguntas, como cuáles son nuestros trabajos… esto se repetía en cada parada además nos tocaban con sus manos todas nuestras pertenencias, incluida la ropa íntima, sin guantes, hasta que no pude aguantar más esta situación y les dije a los policías que no tocaran mis cosas, que ya las sacaría yo. La respuesta de uno de ellos no pudo ser menos grotesca planteándome que estaba en África y se hacia lo que él dijera. En todo momento los saharauis eran sometidos a todo tipo de provocaciones. En una ocasión a Naama Sfari le pusieron la mano en el bolsillo para que reaccionara y poderle pegar, también pegaron muy fuerte en el cristal del coche con muy malos modales y siempre gritándoles. Después de estos controles mantuvieron un coche de la secreta delante y otro detrás sin dejarnos que nuestros vehículos fueran juntos. Mientras tanto por el camino hacia Dajla pude comprobar con Joel, una de las observadoras, que camiones de pescado pasaban cada 4 minutos en un intervalo de una hora, las cifras nos parecieron escalofriantes pero era cierto lo que nuestros ojos veían.


Día 11 de Marzo. Bojador

Pasamos la noche en Bojador y a la mañana siguiente visitamos algunos de los familiares de desaparecidos y víctimas saharauis de la represión, entre ellos a la madre de Sultana Jaya.


Día 12 de Marzo. Dajla

Llegamos a Dajla los 11 activistas y 4 de los observadores pues Raimonde, una de las observadoras francesas, regresó a su país desde Bojador. Fue una alegría para todos ya que allí nos esperaba la televisión y la radio de la RASD. A pesar del cansancio y magulladuras manteníamos nuestros espíritus bien alto. En lo personal tuve la oportunidad de trasmitirles unas palabras de apoyo para los campamentos de refugiados. Atigho Barray, uno de los 11 activistas saharauis, nos colmó de atenciones pues estábamos en su casa y pudimos comer un pescado con un sabor tan exquisito como hacía años que no comíamos.

Pero esta alegría nos iba a durar muy poco. A la mañana siguiente fuimos a comer a casa de una familia donde nos esperaban dos niñas preciosas con dos cuencos de dátiles y una chica un poco más mayor con un cuenco de leche de cabra. Las mujeres nos esperaban con unos pañuelos grandes muy bonitos. De pronto se oyeron ruidos muy fuertes y gritos a nuestros espaldas y todo el mundo corrimos hacia las casa como pudimos, nos pidieron que entráramos rápidamente y cerramos la puerta de hierro. Pocos minutos después sentimos golpes con las porras en la puerta para atemorizar a los que estábamos dentro, pudimos apreciar los momentos de pánico que estas personas viven, pero mi compañero Javier y yo dijimos que saldríamos a la calle y que nos pegaran si se atrevían. Esperamos a que pararan de golpear la puerta y salimos los dos a la calle, aquello parecía algo increíble tanta policía tocábamos a unos 10 agentes por persona. Javier se mantuvo en la puerta y dijo que él no se movía de allí hasta que las fuerzas policiales desaparecieran. A mí me pidieron los activistas que si podía acompañar a una chica que se encontraba en la casa y que vivía en la otra calle para que no le pegaran y fui a acompañarla. Luego nos pidieron a Javier y a mí que fuéramos en un coche a buscar a dos activistas que se quedaron en el otro lado de la calle y podían ser golpeados por la policía. Enfrente de nosotros había otras mujeres y hombres que aplaudieron al ver cómo traíamos a los activistas, ante esta reacción la policía arremetió contra ellos quedando la calle vacía. Luego Cristina y yo acompañamos a otras personas a sus casas. Nos movilizábamos apoyados contra la pared de las viviendas hasta entrada la noche, durante todo ese tiempo se realizaron filmaciones por parte de la policía de todos los movimientos que realizamos. Por fin la presión policial comenzó a aflojar, ocasión que decidimos aprovechar despistando a la policía para poder mandar las noticias, fotos y otro comunicado. Posteriormente tuvimos conocimiento que sólo las fotos pudieron ser publicadas.

Esa noche pude hablar por teléfono con Aminetu Haidar, quien se mostró muy preocupada por el grupo así como nuevamente nos agradeció nuestra colaboración y el valor demostrado. Fue increíble además comprobar la destreza desarrollada por los activistas para despistar a la policía.


Día 13 de Marzo. Dajla – El Aaiun

Durante nuestro regreso se incrementaron los controles e inspecciones y fuimos seguidos por los coches de policía. Nos detuvimos en Bojador, donde descansamos y disfrutamos del té con los allí presentes. Por la noche llegamos a El Aaiún y cenamos en el barrio de Maatallah donde nos esperaban alrededor de 12 personas fuera de la casa que empezaron a aplaudir por lo que fueron agredidos por la policía. Nosotros salimos de los coches tan rápido como pudimos, algunos trataron de hacer varias fotos. Otros nos colocamos haciendo un escudo entre los saharauis y los torturadores, como ellos les llaman. Uno de ellos se nos acercó a Cristina y a mí y nos dijo que nos marcháramos de allí pero le respondimos negativamente a pesar de ser concientes del peligro que corríamos. Pasadas aproximadamente dos horas los policías se hicieron menos visibles pero se podía sentir su presencia. Cuando entramos en la casa y entre los aplausos pude reconocer a Erguibi Med Elhabib. Es un hombre muy callado y tranquilo siempre con una sonrisa cálida, esta vez le acompaña un traductor. Me dijo que soy una mujer muy fuerte y valiente dándole además las gracias a todo el grupo de observadores, reconociendo además que era la primera vez en 35 años que podían hacer una celebración como la de aquella noche a puertas abiertas, precedida por la bandera saharaui. La cena transcurrió muy tranquila y amistosa y al finalizar acompañamos a varios jóvenes a sus casas.


Día 14 de Marzo. El Aaiun

Sidahmed pasa para recogernos y llevarnos al aeropuerto de El Aaiun desde el que viajaríamos de regreso Joel y yo a nuestros respectivos países. Pero a Sidahmed no se le permite pasar al interior del mismo, por lo que todos nos despedimos en la entrada. Sin saber que sería objeto de otras de las patrañas del régimen marroquí. Una vez en el mostrador me dicen que mi billete estaba comprado por internet por lo que no era válido, algo completamente absurdo. Al insistirle se retiró para consultar a sus superiores y una hora después me entregó el pasaporte roto. Cuando me dirigía hacia el avión, que estaba próximo a despegar me encontré mi bolsa tirada en medio de la pista. Hechos que no vacilé ni un segundo en denunciar al llegar a España.

Por la noche por fin estaba en casa sana y salva pero no podía dejar de pensar en el grupo de los 11 activistas, mis compañeros y especialmente en el sufrimiento del pueblo saharaui.

El día 15 de Marzo me llamaron mis compañeros para comunicarme que los abusos continuaban, a uno de los saharauis de los que acompañan al grupo, la policía delante de los observadores le provocó fuertes heridas en la cabeza durante uno de los controles. A Atigho Barray le habían roto el coche y no podrá utilizarlo, continúan las amenazas a Brahim Sabbar, así como amenazas de violación a Mamay si continuaba acompañado a esta española.

Ante todo esto me siento muy conmocionada por estas personas que no saben cada día si dormirán en una de las cárceles o en su casa o si les darán una paliza por el solo hecho de ser saharauis. Pienso que los observadores civiles internacionales son cada vez más necesarios puesto que es una situación que los marroquíes no pueden controlar. Aunque nuestra visita les cogió desprevenidos y eso fue lo que les frenó los primeros días.

Doy las gracias a todas las personas del grupo de los 11 y a mis 4 compañeros observadores, ya que entre todos formamos muy buen equipo y al resto de personas que nos acompañaban en el recorrido. También a Cristina Navarro y Toni Guirao, que siempre estaban ahí cuando necesité unas palabras de apoyo. También a todas las personas que no me conocían de Badajoz y que llamaban interesándose GRACIAS a TODO/AS.

En todo momento hablo desde mi visión de observadora civil y en mi nombre como persona.

Mª Àngels Moseguí
Castelldefels, 16/03/2010

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